No tan hispano pero tampoco muy malo

 

Si hay una cosa en la que no se equivocaron los filósofos materialistas fue decir, que las condiciones materiales de existencia determinan la vida social y espiritual del individuo.  Cada ser humano tiene sus necesidades de acuerdo a las condiciones económicas en que encuentra, y sus aspiraciones corresponden a sus carencias.  Para los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, la mayor aspiración es un estatus legal, pero para los que ya tienen resuelto ese problema las aspiraciones son otras, como tener un buen ingreso, comprar una casa o cambiar de auto.

Los inmigrantes cubanos, no tienen la preocupación del estatus legal porque están protegidos por la ley de ajuste cubano, por lo que, a la hora de mencionarlos como parte o representantes de las necesidades de los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos, hay que tener en cuenta esas diferencias.

El nombramiento hecho por el presidente electo Joe Biden del cubano americano, Alejandro Mayorkas, no es ningún aliento para los inmigrantes latinoamericanos.

Mayorkas vino al país traído por sus padres al producirse la revolución de Cuba en 1959.  Esa primera fuga de Cuba estaba compuesta por empresarios, gente de clase alta entre los que también estaban altos funcionarios del régimen de Fulgencio Batista y prominentes miembros de la mafia propietaria de hoteles y casinos en la Habana.

Silvia Peraza, socióloga de la Universidad de Michigan lo describe en un estudio publicado en el 2008: “En la primera ola (1959-1962), los que se fueron constituían la elite de Cuba: ejecutivos y propietarios de firmas, grandes comerciantes, propietarios de ingenios, ganaderos, representantes de compañías extranjeras y profesionales. Se fueron cuando la revolución sacudió el viejo orden social con medidas como la nacionalización de la industria norteamericana y las leyes de reforma agraria, así como el rompimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos”.

Mayorkas pertenece a ese grupo que nunca tuvo que lidiar con la pobreza ni con la documentación legal en el país.

El padre de Mayorkas, era propietario de una factoría de virutas de metales.  Su madre, una inmigrante judía que huyó a Cuba del Holocausto en 1940, según Wikipidia.

Mayorcas, al enterarse esta semana de su nominación agradeció la misma destacando su compasión por los refugiados de las dictaduras en otros países.

Mayorkas estuvo a cargo del Servicio de Inmigración durante la administración del presidente Barack Obama.  Lo cual no le da un punto positivo en el tema debido durante la administración de Obama se realizaron mas de 400 mil deportaciones. 

No obstante, Mayorkas trabajó en la implementación del programa DACA y apoyó al presidente en sus esfuerzos por la realización de una reforma migratoria.

Si bien Alejandro Mayorka no es un regalo para los inmigrantes indocumentados, tampoco es una amenaza como lo han sido todos los funcionarios nombrados por el presidente Trump en el área migratoria.

El presidente electo Joe Biden prometió someter al Congreso en sus primeros cien días de gobierno el proyecto de reforma del sistema inmigratorio para legalizar el estatus de mas de 11 millones de indocumentados que viven en el país.  La realidad es que no cuenta con la bancada suficiente en el Congreso para conseguir la aprobación de la misma.

Por eso, aunque el próximo Secretario de Seguridad Nacional, no es el inmigrante hispano que algunos medios nos quieren vender, esperamos que no signifique una repetición de las deportaciones de los ocho años de Obama.