Nikolás Cruz será sentenciado en enero ¿Y los que pusieron en sus manos las armas cuándo?
Nikolas Cruz, el joven de ahora 23 años que en el 2018 mató a 17 personas en una escuela de Florida, se declaró culpable de los 17 homicidios y de causar heridas a mas de una decena.
Cruz, tenía un comportamiento desorganizado producto de una vida accidentada que lo llevó a vivir sin hogar y sin padres. Fue adoptado por una pareja que murió y terminó viviendo en casa de unos amigos de ésta.
El caso de Cruz, es el mismo de millones de niños cuya inestabilidad se convierte en patrón de su conducta y terminan convertidos en personas introvertidas y muchas veces violentas.
Para desgracia de las víctimas de la escuela Parkland de Florida y para él mismo, tuvo acceso a armas de guerra con las cuales descargó tal vez su ira consigo mismo y el mundo, contra decenas de inocentes.
Si Nikolas Cruz no hubiera podido tocar un arma, probablemente hubiera descargado sus frustraciones y traumas en una pelea de la calle o tal vez con un crimen. Pero no, gracias a la irresponsabilidad de los congresistas en Washington, las armas de guerra, que son fabricadas para matar por docenas, se venden al aire libre como vegetales en el mercado en las ferias de armas, y el público las puede adquirir tanto allí como en las centenares de miles de tiendas de éstas que existen en país.
Los fusiles AK47, M16, R15, son fabricados para combate y no para cacería, por lo que no hay ninguna razón lógica para que puedan llegar a manos del público. Pero en Estados Unidos el dinero es el todo poderoso. Los fabricantes de armas necesitan hacer dinero vendiendo sus juguetes letales alrededor del mundo y en el propio territorio americano.
Cada vez que ocurre una desgracia como la de Parkland, los políticos salen a lamentar, a repartir pésames, a mostrar sus rostros compungidos y solidarizarse con los familiares de las víctimas. Luego, guardan un silencio sedicioso, sacan sigilosamente de sus chisteras nuevos y remozados temas noticiosos con los cuales mueven la desgracia a la sombra y luego al olvido. Así, evitan actuar en contra de los que financian sus campañas, quienes asentados en la segunda enmienda de la constitución, vuelven a las ferias y a la venta de la muerte.
Que nadie se sorprenda de esa indiferencia. George Bush armó con mentiras en el 2003 una guerra contra Iraq que ha dejado casi medio millón de muertos, y sigue siendo un hombre respetable y admirado. 17 muertos en Parkland, no harán la diferencia.
Probablemente al día siguiente de que se escribe este editorial se produzca otra desgracia y volveremos a la misma historia. El autor de la matanza cometerá suicidio o caerá enfrentándose a la policía. Si sobrevive, será condenado como Nikolas Cruz por su horrendo crimen, y los que pusieron las armas en sus manos quedarán impunes como siempre.
