Bueno y comenzó la llamada Cumbre de las Américas, una reunión de los presidentes de todos los países de América, es decir, de América del Norte, del Sur, del Centro y del Caribe, excluyendo a los que no les caen bien al Tío Sam.

La cumbre se hizo por primera vez en 1994 durante la administración de Bill Clinton en Estados Unidos.  En ella están supuesto a tratarse temas importantes para la región, pero como no es lo mismo el que manda que el que está mandado, allí solo se trata lo que le conviene a Estados Unidos.  En otras palabras, la cumbre es solamente una estrategia estadounidense para mantener el control político de la región.

Algunos gobiernos, como el de México, El Salvador, Bolivia y Honduras, han actuado con dignidad ante el hecho de que se excluyeran algunos países y dijeron: “aquí bailamos todos o rompemos la radiola...”.

 

Por la forma en que está actuando el presidente Joe Biden en política exterior, creemos que debió haber nombrado a Trompo Loco como su secretario de estado.  Así se habría ahorrado la competencia y tuviera el respaldo de los republicanos.

 

Por otro lado, el debate sobre el asunto de las armas se está poniendo cada vez más caliente y ojalá que esta vez se logre algo.  Un comité del Congreso escuchó a testigos de masacres como la de Uvalde para recomendar una legislación al respecto.

 

El resultado fue un proyecto que no resuelve en nada el problema.  Aumenta la edad requerida para comprar armas y prohíbe la venta de cartuchos de más de 15 balas.

Eso además de que no va a evitar las masacres, no va a se aprobado por el Senado de mayoría republicana que se opone a cualquier control en la venta de armas.

 

En otras palabras, ni se resolvió ni se resolverá nada.  Las matanzas seguirán a la orden del día.

 

Fue desgarrador escuchar a una niña sobreviviente de la matanza de la escuela Robb, contar como pudo salvar su vida.  La niña tuvo ponerse encima la sangre de su compañerita muerta y quedarse inmóvil para que el disparador no la baleara.

 

Los cuerpos de los niños quedaron tan destruidos por la poderosa arma de asalto AR-15 utilizada por el atacante, que algunos padres solo pudieron identificar a sus niños por los zapatos.

 

En tanto, el descarado de Ted Cruz que es de Texas todavía sigue defendiendo la venta de esas armas.  Si se hiciera justicia, él y todos los legisladores que han bloqueado las iniciativas para el control de armas, estarían presos bajo el cargo de homicidio por negligencia.  Pero, allá ellos y su poca conciencia.

 

En Hartford, Michigan, a unas 60 millas de Grand Rapids, un muchacho de 12 años de edad entró a una estación de gasolina a robar a punta de pistola.  El mozalbete lanzó un disparo al aire mostrando que era capaz de matar. ¿Dónde consiguió el arma? Donde mismo la consiguió el muchacho que hizo la matanza en Oxford, cerca de Detroit.

Esto nos recuerda que los legisladores republicanos de Michigan en Lansing votaron contra un proyecto de ley que pretendía castigar a los dueños de armas que no las mantuvieran en lugares seguros. Ahí están las consecuencias.

 

Nos vemos en los próximos jalapos, si la Virgencita lo permite.