Moscú, 6 feb (EFE).- Rusia criticó hoy con dureza a Occidente por
someter a votación en el Consejo de Seguridad de la ONU el proyecto de
resolución sobre Siria sin esperar los resultados de la reunión que
mantendrán mañana en Damasco el canciller ruso, Serguéi Lavrov, y el
presidente sirio, Bachar al Asad.
El propio Lavrov se encargó de manifestar el enfado de Moscú al calificar de "clara falta de respeto" la puesta en votación del documento cuando Rusia había pedido de manera expresa esperar los resultados de su misión en Damasco.
Los coautores del proyecto "actuaron con precipitación", dijo el jefe de la diplomacia rusa en rueda de prensa tras reunirse con su homólogo de Bahrein, Halid al Halifa.
"Y eso que les pedimos unos días para poder analizar la situación después de que (el jefe del espionaje exterior ruso) Mijaíl Fradkov y su servidor visiten Damasco el 7 de febrero", se quejó.
Agregó que "para algunos era más importante achacarle a alguien la culpa (del fracaso de la resolución) que alcanzar el consenso en el Consejo de Seguridad de la ONU, algo que era del todo posible".
Lavrov defendió el rechazo ruso al proyecto de resolución, que también fue vetado por China, y arremetió con fuerza contra las críticas dirigidas a Moscú y Pekín por no haber dado luz verde al documento.
"Algunas de las voces que se oyen en Occidente para evaluar el resultado de la votación en el Consejo de Seguridad de la ONU (...) suenan, diría yo, indecentes, al borde de la histeria", enfatizó.
El Gobierno chino también respondió a las críticas occidentales, en particular a la acusación lanzada ayer por la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, quien aseguró que Rusia y China, al vetar la resolución, tienen plena responsabilidad en proteger al régimen de Al Asad.
"No protegemos a nadie. Defendemos la justicia sobre la cuestión siria", dijo en Pekín el portavoz de Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Liu Weimin, al explicar la postura de su país en en Consejo de Seguridad, que al igual que Rusia, bloqueó la adopción de una resolución de condena a Siria.
Según datos de la ONU, a mediados de enero en Siria habían muerto unas 5.400 personas a causa de la violencia del régimen de Damasco contra la población civil, y desde entonces cada día se ha ido incrementando el número de víctimas.
El titular de Exteriores ruso insistió hoy en que la postura de Moscú sigue y seguirá siendo la misma frente a la situación en Siria.
"Queremos que se cumpla el punto más importante de la iniciativa de la Liga Árabe sobre la necesidad de que cese la violencia provenga de donde provenga", señaló en alusión a la exigencia de Rusia de que oposición armada siria sea condenada por la ONU al menos en la misma medida que el Gobierno de Al Asad.
Además, reiteró que Rusia se opone a cualquier intervención externa en los asuntos sirios y aboga por el diálogo nacional inclusivo sin condiciones previas.
"Nuestro apoyo a estos tres pilares de la iniciativa árabe permanece inmutable", resumió.
Lavrov no quiso desvelar detalles de la misión que cumplirá en Damasco por encargo del presidente ruso, Dmitri Medvédev.
"En política exterior y diplomacia se requieren métodos más clásicos", dijo el canciller ruso, contrario a "mandar mensajes a través de los micrófonos y los medios de comunicación".
En su comparecencia ante la prensa, Lavrov tachó de "inaceptable" la incitación por parte de algunos países de conflictos étnicos y religiosos en Oriente Próximo y el norte de África.
"Son inaceptables los intentos de provocar enfrentamientos entre etnias y entre confesiones (religiosas), guerras civiles", dijo Lavrov.
Según el canciller, tanto Rusia como Bahrein comparten la postura de que las aspiraciones democráticas de los pueblos de Oriente Próximo y del norte de África merecen un apoyo total, y que las reformas que piden deben ser debatidas en procesos exclusivamente internos, sin injerencia exterior
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