ROMA (AP) — Un grupo de psicólogos dijo el martes a
obispos de todo el mundo que los sacerdotes que cometen abusos sexuales
contra menores generalmente mienten al confrontar las acusaciones y que
la Iglesia debería escuchar a las víctimas dado que éstas suelen decir
la verdad y necesitan que se les crea para sanar sus heridas.
El mensaje fue enviado en un simposio respaldado por el Vaticano sobre abuso sexual de parte de clérigos, que intenta persuadir a los obispos para la creación de políticas más estrictas de protección a menores y expulsar a los pederastas del sacerdocio.
Los sobrevivientes de abuso clerical han sostenido que una vez que tienen el valor para denunciar a sus abusadores ante los líderes de la Iglesia, los obispos con frecuencia desestiman sus acusaciones y aceptan en su lugar la versión de sus párrocos, al considerarlos sus hermanos e hijos en el sacerdocio.
Esa constante ha llevado a décadas en las que los obispos transfieren a los paidófilos de parroquia en parroquia mientras que a las víctimas se les hace sentir como si ellas fueran las culpables del abuso sufrido.
Marie Collins, que a sus 13 años sufrió el abuso de un capellán de hospital en su natal Irlanda, dijo a los obispos que la dinámica la llevó a múltiples hospitalizaciones a lo largo de su vida por ansiedad y depresión. La mujer narró su caso de abuso y la manera en que quedó devastada por la respuesta de la Iglesia —al rehusarse a creerle y confiar en la palabra del sacerdote_.
"Fui tratada como alguien con una agenda en contra de la Iglesia, la investigación de la policía fue obstaculizada y el laicado engañado. Yo quedé destrozada", dijo.
Con el tiempo, las autoridades civiles acusaron y encarcelaron al sacerdote, quien ha estado en prisión dos veces más por violar a otros niños.
El monseñor Stephen Rossetti, un sicólogo que por una década dirigió en Estados Unidos un centro de tratamiento para sacerdotes que cometen abuso, dijo el martes durante la conferencia que al igual que los alcohólicos o los adictos a una droga, los clérigos que cometen abusos sexuales mienten al ser confrontados con las acusaciones. Ellos manipulan, embaucan, niegan.
"Sin duda también hay falsas acusaciones y resulta crucial limpiar el nombre del sacerdote una vez que haya sido exonerado", dijo Rossetti en sus declaraciones. "Pero décadas de experiencia señalan que la gran mayoría de las acusaciones —más del 95%— tienen bases".
Como resultado, dijo, las autoridades civiles con la preparación adecuada, y no los obispos, son las que deberían determinar si una acusación tiene o no fundamentos
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