(EFE).- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se
mostró favorable a celebrar tras las próximas presidenciales un
referéndum para reformar las políticas activas de empleo y las
subvenciones a los parados.
Sarkozy, que todavía no es oficialmente candidato pero que afirmó que el momento del anuncio "se acerca", se mostró partidario de "dirigirse directamente a los franceses" para introducir esta reforma, durante una entrevista que publicará el próximo fin de semana "Le Figaro Magazine", que la adelanta hoy en su web.
"Si hay consenso entre los interlocutores sociales no será necesario, pero si los intereses particulares, los obstáculos se revelan demasiado potentes habrá que pensar en dirigirse directamente a los franceses" en forma de referéndum, indicó el presidente.
Su proyecto consiste en hacer "una revolución" en el sistema de indemnización del paro, que actualmente consideró deficiente.
"El subsidio no será una paga que se cobre de forma pasiva, sino la remuneración que el servicio público de empleo entregará a cada desempleado en contrapartida por la formación que deberá seguir", señaló el presidente.
Agregó que todo parado estará obligado a elegir una formación específica entre las propuestas por un comité nacional de empresarios y sindicatos, que determinarán los sectores con más demanda.
"Al término de esa formación, que será obligatoria, el parado estará obligado a aceptar la primera oferta de empleo correspondiente al oficio para el que ha sido formado", dijo.
Para poner en marcha este dispositivo, Sarkozy señaló que será necesaria "una gran reforma de la formación profesional", que actualmente "funciona mal".
El presidente no ha convocado ningún referéndum en los cinco años que ha pasado en el Elíseo, algo que justificó por el hecho de que "no ha habido ninguna situación de bloqueo".
"Es cierto que durante la reforma de las pensiones, por ejemplo, hubo manifestaciones y protestas, pero la reforma fue adoptada y aplicada sin dramas y sin violencia", indicó.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, pronuncia un discurso durante su visita a la central nuclear de Fessenheim, Francia
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