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Otro homicidio aparentemente de violencia doméstica y otra vez en Wyoming. Una mujer que se encontraba desaparecida fue encontrada muerta en el apartamento de un hombre a quien actualmente la policía busca como “persona de interés”. Porque, aunque no hay cargos contra él, todo apunta que es él, el sospechoso.  El hombre, quien no tiene muy buena cara según la foto, se llama Yenly García. La mujer, identificada como Mollie Schmidt, murió de un disparo.

Muy triste…

 

Por otro lado, un supuesto periodista hispano de Grand Rapids publicó en su periódico un artículo netamente racista contra los afroamericanos.  No es sorpresa. Ese señor ha hecho mucho daño y lo seguirá haciendo mientras ciertas instituciones y empresas lo sigan apoyando.

¡La culpa no es del cerdo, sino del que lo alimenta!

 

En el oeste de Michigan últimamente se han perpetrado los más curiosos asalto a bancos.  Un individuo asaltó un banco con un bate de beisbol y una mujer asaltó otro con un cuchillo.  Solo falta que asalten con piedras y pellizcos. ¡De todo veréis!

 

Esos robos, por ladrones que no han podido conseguir un arma, demuestran que se trata de novatos desesperados.  Nos preguntamos ¿Será eso una muestra más de que nos encaminamos a una recesión?

¡Oremos!

 

En Ohio, un hombre disparó fatalmente al ex novio de su hija cuando este intentaba entrar por la fuerza a la casa de esta.  Las autoridades dijeron que no presentarían cargos contra el hombre porque fue en defensa propia.

Ese cuento de defensa propia es la excusa mas rápida para justificar un crimen.  Defensa propia se entiende cuando la vida de la persona está en peligro y no hay otra alternativa que disparar.  El padre de la joven estaba dentro de la casa y disparó a través de la puerta.  El individuo no podía entrar y el victimario tenía tiempo suficiente para llamar la policía.  Pero, en este país la primera respuesta a todo problema es un tiro.

 

Mentiras, mentiras y mentiras, eso es todo lo que se publica del conflicto entre Rusia y Ucrania.  Un equipo de energía nuclear de la ONU está en el territorio en conflicto examinando el problema de una central nuclear, que es la más grande del área y que fue impactada por proyectiles. El gobierno del charlatancito de Zelensky dice que fueron los rusos, pero resulta que los rusos tienen ocupada la planta desde hace más de tres meses, lo que quiere decir, que ellos no se dispararon.

Las agencias de prensa manipulan la información diciendo primero que fueron los rusos, y apenas mencionan que estos tienen la planta ocupada.  Rusia denunció hace tres semanas que el ejército ucraniano está disparando contra la planta.  Algo que es lógico, porque lo ucranianos deben dispararles a los rusos, pero los rusos no se disparan a sí mismo.

¡De todo veréis!

 

Nos vemos en los próximos Jalapos si los “gatillo alegre” lo permiten.

 

Ramón Peralta

Desde que se estableció el estado americano y se firmó la constitución, que marcó las normas y reglas para regirlo, se puso en claro que hay una separación entre la religión y el estado, es decir, que el estado no puede establecer una religión como propia. Sin embargo, y como se dice, siempre hay una separación entre el dicho al hecho. Desde que el estado comenzó a ejercer sus funciones no dejaron de aparecer grupos con el interés de que el estado abrazara el cristianismo como su religión oficial, trayendo como consecuencia enfrentamientos políticos entre diversas facciones y personalidades de alta envergadura del proceso libertario que mantenían la oposición al establecimiento de un estado confesionario apegado a una confesión religiosa en particular como en los tiempos de la Edad Media y otras épocas.

A pesar de las discordancias siempre se mantuvo un respeto de los valores proclamados en la constitución de mantener una separación entre la práctica religiosa y la función del estado. Al mismo tiempo, como garantía del ejercicio del derecho individual siempre se mantuvo el respeto irrestricto de todo ciudadano a ejercer su libre opción religiosa, bajo la bandera de lo que se denomina “libertad religiosa”.

Aun cuando se ha mantenido con sus altas y sus bajas la separación entre la religión y el ejercicio del estado, no han faltado grupos religiosos deseosos de imponer sus ideas en las prácticas del estado, pasando a ser así una violación al mandato constitucional. Esa tendencia es la que ha adquirido fuerza en los últimos años cuando grupos ultraconservadores han querido forzar e imponer sus criterios religiosos en organismos públicos a espalda del mandato constitucional.  

Uno de los lugares favoritos, que caen dentro del mandato de la constitución y en los que los sectores conservadores han querido imponer sus criterios religiosos, es en las escuelas públicas. Cada día en los medios de comunicación aparecen reportes de grupos queriendo imponer en distritos escolares normas y prácticas religiosas, como si los distritos escolares fueran extensiones de iglesias. En el ejercicio de esas prácticas hemos sido testigos de como se buscan eliminar textos y enseñanzas escolares con el pretexto de que no están de acuerdo con una determinada creencia religiosa, y mas que todo, que se imparta la enseñanza específica de la Biblia en las aulas escolares.

Lo mas lamentable de esta situación es que los que están encabezando las acciones están recibiendo el apoyo de la suprema autoridad de leyes en el país, es decir, de la Suprema Corte. Recientemente un dirigente deportivo que fue suspendido por hacer una imploración religiosa en un partido de football en una escuela pública, fue restaurado en su puesto por una disposición de la Suprema.

Las acciones de imponer criterios religiosos en lugares de dominio público, es decir, amparados por el mandato constitucional de la separación de la religión y el estado, han estado aumentando. Un reciente caso fue la acción de la legislatura de Texas que requiere, que en las escuelas públicas del estado se exponga visiblemente la consigna religiosa que dice en inglés “In God We Trust”. La acción ha sido considerada por muchos como una violación mas del mandato constitucional de la separación de la religión y el estado, y también, en dirección opuesta a los principios de la Primera Enmienda, que plantean claramente que el Congreso no puede pasar leyes para establecer una religión determinada. Esto no está en contradicción con el derecho que tiene cualquier individuo de ejercer libremente una creencia.

Al mismo tiempo que se desarrollan los intentos de desconocer el mandato constitucional de la separación de la religión y el estado, hay grupos que están impulsando movimientos para llevar a cabo lo que ellos denominan el “Nacionalismo Cristiano”, que no es otra cosa que reafirmar la controversial idea de que América fue fundada como una “nación cristiana” y que todas sus leyes e instituciones están basadas en la cristiandad. Los criterios opuestos a esta última concepción fueron expuestos por los fundadores de la nación cuando ratificaron en 1797 lo que se llamó el “Tratado de Tripoli”, el cual dice claramente que “el gobierno de los Estados Unidos de América no está fundado en ningún sentido en la Religión Cristiana.” De manera que, los intentos de impulsar la religiosidad al margen de la ley están en contradicción con los mismos principios que le dieron origen al estado y en contra de la misma esencia del cristianismo que es una doctrina religiosa centrada en el libre albedrio y no en la imposición.

   

Por Andrés Abreu

El mundo no parece estar girando bien sobre su eje en este siglo 21. Comenzó su primer año con los ataques del 11 de septiembre que dejaron mas de tres mil víctimas, y luego, con dos guerras que hasta ahora casi llegan al millón de muertos. Siguió a los 16 años, con la llegada al poder de un aventajado de riquezas que exhibió su ignorancia y aspiraciones de supremacía caucásica en sus primeros pronunciamientos de pretensiones presidenciales. Ese fue Donald Trump, el hombre que marcó su cruzada en detener la inmigración desde México porque según él, los nuevos “intrusos” son “violadores y asesinos que ponen en peligro la vida de las buenas personas”.  Luego calificó como “buenas personas” a los neonazis nacionalistas que se manifestaron en Virginia y que agredieron a sus oponentes lanzándoles un auto en marcha y matando a varias personas.  Mas tarde arengó a esas “buenas personas” a ocupar el Capitolio para invalidar los resultados de las elecciones que a todas luces había perdido.

A los 19 años el mundo fue sacudido por una pandemia que se llevó consigo a 6.12 millones de vidas.

De la segunda pesadilla (Donald Trump) despertamos en noviembre del 2021, y desde enero del 22, tenemos en la Casa Blanca a un buen competidor, un Loco y Medio que al igual que el anterior, no mide el potencial de sus palabras ni de sus actos y no tiene la menor idea del peligroso y destructivo poder que descansa en sus manos.

Ese es Joe Biden, un legendario legislador, edecán del Comité Nacional Demócrata que sirvió en calidad de vicepresidente a Barack Obama solo para atraer el voto conservador. Como presidente, ha seguido las directrices de su partido, que busca a fuerza de populismo, diferenciar su administración de la anterior. Pero en lo que respecta al otro lado del mar, preocupa mas que la pandemia multiplicada por 100.

Empezó su política exterior llamando “asesino” al presidente de Rusia, el país poseedor del segundo ejército mas poderoso del mundo, al tiempo que buques de guerra norteamericanos surcaban las costas eslavas del Mar Negro. 

Respondió con burlas los reclamos del presidente de Rusia, Vladimir Putín (“el asesino”), sobre la amenaza que significaban esas maniobras militares a su país y luego de que este último iniciara la guerra que el primero provocó, persiste en imponer sanciones económicas y enviar armas a Ucrania.  Ahora, para poner la fresa sobre el pastel, dijo el pasado viernes 25 de marzo, que “Putin no debe ser el presidente de Rusia”, con lo cual insinúa un plan de invasión para sacar el líder ruso del poder al estilo que lo hizo George con Saddam Hussein.

Los portavoces de la Casa Blanca, corrieron despavoridos a recoger el vino derramado de la copa rota, buscando una interpretación algodonada a las espinosas insinuaciones del presidente.

Joe Biden piensa (si es que lo hace) que lidiar con Rusia es lo mismo que con un país del tercer mundo.  Si bien Rusia no es ya la otrora poderosa Unión Soviética, tampoco es Guatemala, ni Honduras ni Iraq.  Rusia tiene el arsenal nuclear mas grande del mundo después de Estados Unidos y la diferencia entre uno y otro no es la de un pueblo Griego con el imperio romano. 

El conflicto con Ucrania, que Biden ha encendido a fuerza de sanciones económicas y bravuconadas insólitas, ya ha creado un desorden en la economía mundial de consecuencias futuras impredecibles, y para colmo, fue a decir la semana pasada que “estamos creando un nuevo orden económico mundial”, como si en un juego de naipes se pudieran cambiar las reglas con las cartas en la mano.

El embargo hecho por Estados Unidos a mas de 650 mil millones dólares de la reserva rusa, lo mismo que el de las reservas de oro y la empresa Citgo de Venezuela, y las amenazas de sanciones a China, han puesto al gigante asiático, que tiene la segunda economía mas grande del mundo, a dudar de la seguridad de sus finanzas ahorradas en dólares, como al uso de esa moneda como divisa para sus transacciones internacionales.

Ya Rusia, le exigió a sus compradores de petróleo el pago en rublos. China es la propietaria de la mayoría de los bonos del tesoro americano. Si decide cobrarlos para transferirlos a Yen, y el 40 por ciento de las facturas de energía de Europa se terminan pagando en rublos. El rostro de George Washington quedará muy mal herido.

En fin, si se sigue echando pólvora al fuego en este conflicto, el “nuevo orden económico mundial” del que habla Biden, será el mayor desorden de la historia. Y si trasciende al plano militar global como él insinúa, será la peor guerra jamás vista por la humanidad, porque solo al que no sabe pensar, se le puede ocurrir que Rusia esperará sin actuar ver el hongo elevarse a las nubes de Moscú, y que China se cruzará de brazos esperando se turno para morir.

El costo de la educación universitaria, una pata coja en la economía americana

 

Probablemente no sea una exageración decir que los mejores estudiantes del mundo son los norteamericanos. ¿Por qué?  Porque son los que hacen el mayor esfuerzo por lograr una carrera y se comprometen a si mismo a ejercerla para pagarla.

En la mayoría de los países de América Latina la educación superior es casi gratuita, lo mismo que en muchos países del continente europeo.

En Estados Unidos, hacer una carrera cuesta prácticamente una fortuna y como no todo el mundo es depositario de tanta suerte, la única vía es el endeudamiento.

La educación universitaria en este país es un suculento negocio para las empresas del sector financiero.  Cada estudiante representa un ingreso constante para la banca de por lo menos 20 años.

Los estudiantes que salen de la escuela superior (HS) en Estados Unidos tienen que decidir entre emprender un largo viaje de tiempo, sacrificio y deuda en una universidad o trabajar por cuenta propia, emplearse a una factoría o vender hamburgués en McDonald.

Para los que se decidieron por el sacrificio los resultados fueron satisfactorios en un 40 por ciento.  Según un estudio realizado por la Reserva Federal 4 de cada 10 graduados de las universidades dicen que los beneficios de una carrera son mayores que los costos de la misma. Otro estudio realizado por la organización Strada Education Network, señala que 1 de cada tres adultos considera que un título vale la pena el costo. Lamentablemente 4 de cada 6 o 6 de cada 10 opinan lo contrario. Eso probablemente explica el descenso de la entrada a las universidades de los estudiantes que terminan la HS en lois últimos 8 años.

En Michigan el 54 por ciento de graduados de la escuela entró a las universidades en 2021.  Esto representó un descenso de un 11 por ciento con respecto al promedio de los últimos 5 años.

Desde hace unos 8 ochos muchas ciudades y estados están implementando el sistema de educación gratuita en los llamados Colegios Comunitarios.  Esto ha contribuido significativamente en la capacitación de la fuerza laboral estadounidense.  Pero hay todavía una fuerte demanda en el mercado laboral profesional en carreras especializadas que solo ofrecen las universidades.

Por eso las grandes corporaciones tecnológicas reclaman constantemente al gobierno federal el aumento de las visas de trabajo para poder importar profesionales de otros países.

El valor promedio de un año en las universidades destacadas norteamericanas es de 40 mil dólares.  Los estudiantes terminan una carrera de 4 años con una deuda de más de 150 mil dólares.  Millones de estos profesionales cargan con esa deuda.  Muchas ganan lo suficiente para pagarla, pero otros que escogieron carreras menos remuneradas, sobreviven una zozobra económica.

Recientemente el presidente Joe Biden firmó esta semana una ley para invertir 50 mil millones de dólares en el desarrollo de la industria de fabricación de Chips o semiconductores.  Una tecnología en la que China logró importantes avances y Estados Unidos quedó rezagado, muy probablemente por la carencia de profesionales.

Los semiconductores al igual que las baterías de Litio son cada vez más importantes en cualquier rama industrial. Las empresas norteamericanas se han visto obligadas a importar los semiconductores de China, y ahora que Estados Unidos ha desatado una guerra comercial con el país asiático, es un punto de desventaja.

Si el gobierno federal no interviene en el financiamiento de la educación controlando los intereses de la banca, o reduciendo los costos de las universidades, el descenso de estudiantes será cada vez mayor y mayor la dependencia de la industria extranjera.

VI

Ramón Peralta

Los PACs (Comités de Acción Política), a los que nos referimos en el artículo anterior, continuaron expandiéndose como los suplidores de dinero en las campañas políticas, debido sobre todo, a su efectivo trabajo y  que no estaban obligados por ley a revelar los nombres de las personas contribuyentes. Además de los PACs surgieron los Super PACs, creados para servir de vehículos a las grandes corporaciones. Hoy por hoy estos grupos son los que tienen la predominancia en el financiamiento de las campañas electorales. Se estima que las contribuciones de los Super PACs se elevan a un 63% del gasto electoral. Por tal motivo, ambos partidos, el Demócrata y el Republicano, usan el servicio de los PACs con el fin de impulsar sus campañas. Eso ha dado motivo a que el gasto electoral cada vez sea mas elevado y determinado por los poderosos del dinero. Por ejemplo, en el 2016 el gasto de la campaña fue de $2.4 billones, sin embargo, la última del 2020 subió a $14 billones.

Las razones detrás del aumento de los PACs y super PACs se debe al efectivo trabajo que juega el dinero que aportan a las campañas de los partidos y a la vez, los buenos resultados que a cambio reciben los grupos que aportan el dinero. De manera que, se trata de un doble juego del que el ciudadano común no está consciente y a quien vilmente se le engaña, haciéndole creer que el proceso electoral es un acto limpio y de igualdad para todos. El dinero que los grupos de poder usan en la campaña no es con el fin altruista de contribuir a un acto cívico como las elecciones, sino como un medio de obtener beneficios económicos de esos que llegan al poder gracias a sus contribuciones.

Por otro lado, los PACs no son los únicos medios que los grupos del poder económico usan para obtener beneficios de aquellos que se convierten en sus vasallos políticos, sino que usan otros mecanismos conocidos con el nombre de “Lobbyists” y que podríamos traducirlo como grupos de cabildeo político. Estos grupos están compuestos por políticos profesionales, ex funcionarios y ex legisladores, cuyo trabajo es influenciar a funcionarios y agencias del gobierno, sobre todo legisladores, con el fin de cambiar leyes y regulaciones a favor de aquellos que los subvencionan. Es decir, son mediadores para invitar a los políticos a servir los intereses de los grupos de poder. 

Los que mayormente se benefician de estos grupos de cabildeo o “Lobbyists” son las grandes corporaciones, que los usan para cambiar a su favor las reglas del juego político y las implicaciones económicas que estas conllevan. Aunque hay “Lobbyists” de todas categorías, los de mas influencias son aquellos financiados por el gran dinero. En otras palabras, el resto de la gran población no se beneficia de igual manera del trabajo de los cabilderos. Los grupos medios y las capas bajas de la población no son los principales beneficiarios del trabajo de los “Lobbyists”, ya que, no poseen los medios económicos para financiarlos y hacer cambiar las intenciones de los políticos. Si los tienen no alcanzan para pagar el acceso que poseen los de las grandes corporaciones.

El trabajo de estos cabilderos se ha convertido en un fuerte poder político para beneficios de aquellos que los subsidian. El trabajo de los “Lobyyists” ha sido tan beneficioso que en 2020 se estima que habían 11,524 cabilderos registrados en Washington, cuyo financiamiento se elevó a la suma de $3.51 billones. Esa cantidad representa el doble de lo que se gastaba en el año 2000.

Entre las principales empresas que financian los “Lobyyists” o cabilderos están: la industria farmacéutica, los seguros, asociaciones de negocios, las industrias del gas y el petróleo, la industria de las armas, hospitales, asociaciones de vendedores de casas, entre otros. Solamente la industria farmacéutica usó el pasado año cerca de $306.23 millones en el pago de cabilderos.

Esta práctica del juego político de la democracia americana pone en evidencia las barreras y obstáculos políticos que enfrentan aquellos sectores que tratan de aplicar y pasar legislaciones tendientes a enfrentar críticos problemas sociales de los grandes sectores medios y pobres de la población. La extrema polarización de la riqueza en la sociedad americana tiene su raíz en cómo los grupos poderosos del dinero manipulan el poder a su favor con la complacencia de sus políticos servidores. En ese sentido, se puede decir, que las expectativas de los pobres en el juego de la democracia es una esperanza vana soportada por el mito de la igualdad del voto y la representación. El sistema político está en manos de aquellos que manejan el capital. En la próxima y última entrega de esta serie veremos de manera mas concreta los frutos que cosechan los financiadores del sistema político que nos rige. 

EVH Impresa

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Entrevistas con El Vocero Hispano: Oasis Legal Group // Abogado Jairo Hernandez

Andrés Abreu entrevista al abogado Jairo Hernández de la firma Oasis Legal Group. Hernández es especializado en asuntos de inmigración y estará ofreciendo sus servicios en Grand Rapids. Su oficina está localizada en la 250 Monroe Ave NW en la suite 400, oficina 440 y estará abierta publico a partir del 1 de octubre.

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