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SURFSIDE, Florida, EE.UU. (AP) — Rescatistas escarbando frenéticamente el lunes por quinto día dicen que todavía pueden encontrar a sobrevivientes entre los escombros de un edificio residencial en Florida, una esperanza a la que los familiares se aferran, aunque nadie ha sido encontrado con vida desde el jueves que colapsó la estructura.

Hasta el domingo había nueve muertes confirmadas y más de 150 personas siguen desaparecidas en Surfside. Familiares de las víctimas llegaron en autobuses a un sitio lo suficientemente cerca para observar el intenso esfuerzo de rescate, que incluye bomberos, perros, radares y sonares.

La mañana del lunes, una grúa levantó un enorme trozo de concreto de la montaña de escombros, lo que permitió que unos 30 rescatistas con cascos entraran y sacaran pedazos de escombro más pequeños en cubos rojos, que eran vaciados a un contenedor más grande para que una grúa se lo llevara. El trabajo ha sido complicado, pero por lo menos fueron extinguidos los incendios que complicaron la búsqueda inicial.

Andy Alvarez, vicecomandante de incidentes en el Departamento de Bomberos de Miami-Dade, dijo el lunes en el programa “Good Morning America” de la ABC que los rescatistas han logrado encontrar algunos huecos en los escombros, principalmente en las áreas de sótanos y estacionamiento.

“Tenemos a más de 80 rescatistas al mismo tiempo que están atravesando los muros que colapsaron, en un esfuerzo frenético por intentar rescatar a quienes todavía son viables y poder llegar a esos huecos que sabemos que suelen existir en estos edificios”, dijo Alvarez.

“Hemos podido abrir un túnel a través del edificio”, agregó. “Esta es una búsqueda frenética para encontrar esa esperanza, ese milagro, para ver a quien podemos sacar de este edificio con vida”.

Dijo que los rescatistas, al igual que las familias, todavía esperan buenas noticias. “Hay que tener esperanza y fe”, comentó.

El ministro de Asuntos de la Diáspora israelí, Nachman Shai, encargado de una delegación humanitaria de Israel que incluye a varios expertos en búsqueda y rescate, señaló que profesionales le han dicho de casos en los que sobrevivientes son encontrados tras 100 horas o más.

“Así que no pierdan esperanza, eso es lo que diría”, comentó.

Los propietarios de los apartamentos en un edificio frente al mar que se desplomó en Florida estaban a unos días de empezar a pagar cuotas para realizar reparaciones por más de 9 millones de dólares, las cuales habían sido recomendadas hace casi tres años.

Ese estimado de costos, efectuado por la compañía de ingeniería Morabito Consultants en 2018, significaba que los condóminos de Champlain Towers South enfrentaban pagos que iban de cerca de 80.000 dólares por un apartamento de una recámara a unos 330.000 por un penthouse, a cubrirse en plazos o en una sola exhibición. El primer plazo vencía el 1 de julio.

Adalberto Aguero, cuyo departamento no se vino abajo, acababa de pedir un crédito para cubrir su cuota de 80.000 dólares.

“Pensé que lo pagaría después de que arreglaran el edificio. No quería pagarlo antes porque uno nunca sabe”, comentó Aguero, quien añadió que retiró el papeleo para realizar los pagos al día siguiente del derrumbe del jueves. “Dije: cancelen todo”.

Una lista desglosada que envió la administración del condominio en abril a los propietarios de los 136 apartamentos revelaba que gran parte de las labores planeadas se llevarían a cabo en la zona de la piscina y en la fachada. La pavimentación y la impermeabilización en la zona de la piscina y la entrada del edificio costarían 1,8 millones, y otro millón se destinaría a “reparaciones estructurales” y “trabajos en las jardineras”, según el correo electrónico de la administración al que tuvo acceso The Associated Press. Una serie de “reparaciones misceláneas” incluía obras en el estacionamiento por un costo estimado de 280.000 dólares.

El total de costos evaluados, incluyendo varios puntos que aparentemente tenían fines estéticos, suma 15 millones.

Expertos en ingeniería y construcción aseguran que los documentos de Morabito que se centraban únicamente en la labor estructural especificaban claramente que era necesario realizar varias reparaciones de gran envergadura lo más pronto posible. Fuera de algunas reparaciones en los techos, dichas obras no habían comenzado, indicaron las autoridades.

La estimación de costos que Morabito Consultants les envió por correo electrónico a los administradores de Surfisde fue uno de varios documentos dados a conocer mientras continúan las labores de rescate en la zona del derrumbe, donde más de 150 personas siguen desaparecidas. Al menos nueve personas murieron por el desplome, informaron las autoridades el domingo.

Otro reporte de Morabito de 2018 presentado a la ciudad señaló que la impermeabilización en la terraza de la piscina se había hecho mal, en forma plana en lugar de inclinada, y ello impedía que el agua se drenara.

“La impermeabilización fallida está provocando un gran daño estructural a la placa de concreto estructural ubicada debajo de esas áreas. No reemplazar la impemeabilización en el futuro cercano provocará que el nivel de deterioro en el concreto se expanda exponencialmente”, advirtió.

La compañía recomendó que se reemplazaran las losas dañadas, lo que significaba una reparación mayor.

Eso dejó sorprendida a Susana Álvarez, quien vivía en el 10mo piso de la torre que se vino abajo. Ella señaló que, durante una reunión en 2018, un funcionario de Surfside les aseguró a los residentes que no había ningún riesgo. Se desconoce quién era ese funcionario.

“La ciudad de Surfside nos dijo que el edificio no estaba en mal estado. Fue lo que dijeron”, comentó Álvarez al programa Weekend Edition de la National Public Radio. “Nadie nos dijo nunca que el edificio estaba en tan mal estado”.

Una hija de Claudio Bonnefoy, un chileno que continúa desaparecido, dijo que parece que alguien ignoró indicios clave de que la estructura estaba en riesgo.

“Esto me empieza a hacer enojar porque poco a poco se están dando a conocer reportes de hace varios años de peligros estructurales graves en el edificio”, dijo la hija, Pascale Bonnefoy. “Parece que esto (lo que ocurrió) era predecible porque los técnicos alertaron (a otros de la situación) y nadie hizo nada”.

WASHINGTON (AP) — El presidente Joe Biden anunció el miércoles nuevas medidas para frenar una creciente ola nacional de crímenes violentos, declarando que el gobierno federal está “enfrentándose a los malos actores que están haciendo cosas malas a nuestras comunidades”. Pero persisten interrogantes sobre la eficacia de esas acciones en el que podría ser un verano turbulento.

Los índices de criminalidad han aumentado luego de haber caído significativamente en los primeros meses de la pandemia de coronavirus, y están creando dificultades económicas y ansiedad. El plan de Biden se enfoca en dar dinero a las ciudades que necesitan más presencia policial, en ofrecer apoyo a la comunidad y, sobre todo, en combatir la violencia con armas y a los que suministran armas de fuego ilegales.

“Estos mercaderes de la muerte están quebrantando la ley para obtener ganancias”, dijo Biden. “Si usted vende deliberadamente un arma de fuego a alguien que no está autorizado para tenerla, mi mensaje para usted es este: Lo encontraremos e iremos tras su licencia para vender armas. Nos aseguraremos de que no pueda vender muerte y caos en nuestras calles”.

Sin embargo, también están en juego políticas muy espinosas, y el plan de Biden muestra las pocas opciones que tiene el presidente demócrata en este tema.

Las medidas que el mantadario esbozó están dirigidas a ir tras los traficantes de armas que violan la ley federal, y a establecer fuerzas de choque en varias ciudades para ayudar a frenar el tráfico de armas. Biden también dijo que buscaría destinar más fondos para la agencia que rastrea las armas de la nación.

Pero el resto de su nueva estrategia se reduce más que a nada a recomendaciones para las localidades asediadas. Está alentando a las ciudades a invertir una parte de sus fondos de ayuda contra el COVID-19 en la vigilancia policial y está impulsando medidas alternativas de reducción de la delincuencia, tales como un mayor apoyo a la comunidad y trabajos de verano para los adolescentes, quienes a menudo son blancos de la violencia o sus autores.

Pero todo ello es voluntario.

El presidente ha dejado claro que se opone al movimiento para “desfinanciar a la policía”, el cual ha sido utilizado eficazmente contra otros demócratas para dar la impresión de que son contrarios a la vigilancia policial.

“Este no es el momento para darle la espalda a las fuerzas de seguridad”, señaló Biden, y apuntó que “históricamente la delincuencia aumenta durante el verano, y conforme emergemos de esta pandemia el tradicional repunte veraniego podría ser incluso más pronunciado de lo que suele ser”.

SURFSIDE, Florida, EE.UU. (AP) — El derrumbe del costado frente al mar de una torre de apartamentos en Surfside, Miami, dejó un muerto, vecinos atrapados entre escombros y hierros, y una nube de polvo que cubrió los autos estacionados a dos cuadras de distancia, informaron las autoridades.

Decenas de unidades de rescate acudieron al edificio parcialmente derrumbado y se vio a los bomberos sacar a los sobrevivientes entre bloques de hormigón.

Treinta y cinco personas han sido sacadas de los escombros, relató Raide Jadallah, jefe de operaciones de los bomberos de Miami-Dade. Añadió que las tareas de búsqueda y rescate continúan.

La policía de Miami-Dade informó a través de Twitter que una persona murió en el derrumbe.

El alcalde de Surfside, Charles Burkett, dijo en conferencia de prensa que, según el administrador del inmueble, éste estaba ocupado prácticamente en su totalidad.

“El edificio quedó literalmente aplastado como un panqueque”, dijo Burkett. “Es algo desgarrador porque significa en mi opinión que no tendremos tanto éxito como esperábamos al encontrar personas con vida”.

Diez personas recibieron atención médica en el lugar y dos en un hospital, una de las cuales murió, dijo Burkett. Añadió que 15 familias salieron del inmueble por sus propios medios.

“He vivido aquí toda mi vida y jamás he visto nada parecido”, dijo.

Santo Mejil, de 50 años, dijo al Miami Herald que su esposa le había llamado desde el edificio, donde trabajaba como asistente de una anciana.

“Dijo que había oído una gran explosión. Se sintió como un terremoto”, dijo Mejil al periódico. Más tarde le llamó y le dijo que los rescatistas la estaban llevando abajo.

Los bomberos del condado Miami Dade realizaban operaciones de búsqueda y rescate y dijeron en un tuit que más de 80 unidades estaban “en el lugar con ayuda de servicios municipales de bomberos”.

La sargento de la policía de Surfside Marian Cruz dijo que la situación aún estaba en desarrollo, aunque “puedo decirles que el edificio tiene doce pisos. Toda la parte trasera del edificio se ha derrumbado”.

Burkett dijo que se estaban realizando obras en el techo del edificio, pero añadió que lo mismo se hace en otros inmuebles y que en su opinión ésa no era la causa del derrumbe.

Equipos de bomberos caminaban entre los restos, recogiendo sobrevivientes y llevándolos fuera de los escombros.

El derrumbe dejó varios departamentos expuestos en la zona del edificio que seguía en pie. Imágenes de televisión mostraban literas, mesas y sillas aún dentro de las viviendas dañadas. En algunos puntos colgaban aparatos de aire acondicionado, con cables al aire.

La policía cortó las calles cercanas y decenas de vehículos de rescate y bomberos, ambulancias y policía inundaron el lugar.

Fotos y videos del lugar mostraban que el derrumbe afectaba a la mitad de la torre. Había pilas de escombros y restos en torno al edificio. Los bomberos aún no habían dado una causa para el derrumbe.

La dirección del edificio era 8777 Avenida Collins, según la policía de Surfside. El lado que da al mar del inmueble residencial se construyó en 1981 en el sureste de Surfside, en la playa. En este momento había algunos departamentos de dos habitaciones a la venta con precios de entre 600.000 dólares y 700.000 dólares, según la policía.

En la zona hay una combinación de departamentos, viviendas unifamiliares, condominios y hoteles viejos y nuevos. Restaurantes y tiendas dan servicio a turistas y vecinos de la zona. La población es un fuerte contraste con el brillo de South Beach, con un ambiente más tranquilo.

NUEVA ORLEANS (AP) — El Acuario de Mississippi planea liberar esta semana a siete tortugas marinas, mientras otras instituciones de Nueva Orleans y Mississippi siguen atendiendo ejemplares rescatados en el otoño en las heladas aguas de Nueva Inglaterra.

Son unas de las 75 tortugas traídas a Nueva Orleans y a Gulfport, Mississippi, luego de que llegaron heridas y enfermas por el frío a la costa de Nueva Inglaterra.

Todos los ejemplares son tortugas loras, la especie más pequeña y amenazada de las seis que se encuentran en las aguas estadounidenses, pero la más común en el norte del Golfo de México. Las seis especies que habitan en aguas estadounidenses aparecen en la lista de especies amenazadas o en peligro de extinción.

Las tortugas marinas quedan aturdidas y aletargadas por el frío cuando la temperatura del agua disminuye rápidamente y no pueden llegar a aguas más cálidas. El frío por sí solo puede matarlas. También puede provocarles neumonía, un shock y congelación.

Treinta ejemplares fueron enviados al Instituto de Naturaleza Audubon de Nueva Orleans, 25 al acuario y 20 al Instituto de Estudios de Mamíferos Marinos, ambos ubicados en Gulfport.

El acuario planea liberar a su último grupo de siete tortugas el jueves, de acuerdo con reportes de medios de comunicación de Mississippi.

“Cuando recibimos las tortugas, tenían un cuadro grave de neumonía, pero ahora estas tortugas se encuentran nuevamente saludables y las liberaremos de nuevo en el estrecho de Mississippi”, comentó la doctora Alexa Delaune, la vicepresidenta de atención veterinaria del acuario.

El instituto y el equipo de la Red de Vida Silvestre Costera de Audubon siguen atendiendo a algunos ejemplares.

Moby Solangi, director del Instituto de Estudios de Mamíferos Marinos, dijo el martes que unas cuantas de las tortugas que recibieron no sobrevivieron. Señaló que entre cinco y seis han sido liberadas y que 10 o 12 continúan recibiendo tratamiento por neumonía.

La mayoría de las tortugas llevadas a Audubon han sido liberadas, pero dos murieron y tres siguen siendo atendidas por otras heridas graves, dijo la portavoz Annie Kinler Matherne el martes.

Añadió que una tortuga llegó con el ojo derecho roto, una insuficiencia renal y neumonía grave. Otras dos tenían el caparazón congelado y necesitaban que les creciera un hueso nuevo. Una de ellas también tenía las aletas delanteras congeladas, y hubo que amputarle algunas partes, señaló Matherne. Dijo que se cree que la tercera tortuga tiene una neumonía fúngica en lugar de la neumonía bacteriana que tenían muchas de las tortugas.

Los veterinarios esperan que la tortuga tuerta y la que tenía las aletas congeladas estén lo suficientemente bien para su liberación en el próximo par de meses, agregó Matherne.

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